Ser profesor demanda responsabilidad y generosidad. Quienes desarrollan la tarea de educar en los niveles más elevados y profundos del conocimiento, ya sea secundario, terciario o universitario, trabajan en lo que podríamos definir como la etapa culminante del proceso formativo, del que los jóvenes emergerán con las herramientas fundamentales para desenvolverse en la vida adulta como personas positivas, capaces de conquistar las metas que se propongan.
El profesor completa la tarea del maestro. Toma la posta, recibe a los alumnos con la comprensión y el afecto que priman en su relación con el educando y forja en las mentes más jóvenes la lógica del pensamiento autonómico. Lo logra con creces, pues entrega su saber a través de un lenguaje que trasciende lo pedagógico y alcanza el plano de los sentimientos, con un nivel de compromiso que convierte al docente en un guía para enfrentar los desafíos por venir.
Es por eso que, en un nuevo aniversario del paso a la inmortalidad del gran José Manuel Estrada, desde AMET queremos resaltar la labor de los profesores argentinos y ratificar el orgullo que no inspira el hecho de poder representarlos en el campo de las discusiones que hacen a las condiciones laborales y profesionales de cada colega. ¡Feliz día profesores!
