Día del Maestro, una fecha señera en la agenda de la educación argentina que como gremio venimos a resaltar con una mirada que trasciende la efeméride, pues va al núcleo de la labor áulica, a la esencia de ser docente como factores de transmisión del conocimiento, formadores de nuevas generaciones, garantes del crecimiento de una sociedad que busca superarse a sí misma, alcanzar metas existenciales.
Los maestros, las maestras, son todo eso en una persona que vive consagrada a la labor educativa sin detenerse en los sinsabores de una profesión enmarcada en un contexto social determinado, en un país determinado y en un tiempo determinado. El momento que atraviesa el país demuestra la esencialidad de un rol que en los últimos años fue menospreciado por las autoridades, al mismo tiempo que recibe la gratitud de los ciudadanos, las familias y sus hijos.
Dicho esto, ratificamos nuestro compromiso de persistir en la constante labor de defender a los educadores argentinos a través de todas las herramientas proporcionadas por la democracia. AMET hace suyo el sentimiento de alegría que para nuestros representados es motivo de unidad fraterna en esta jornada, a la vez que expresa su más profunda admiración a quienes trabajan enseñando, forjando el temple de los ciudadanos del mañana. ¡Feliz día!
